Ya los Griegos (Atenienses) en la época de Pericles instauraron un régimen que denominaron demokratia. Era el gobierno del demos que se reunían en la Eklesia. En realidad dicho gobierno fue el gobierno de los “pobres”. Pero lo que se olvida a menudo es que dicho tipo de gobierno siempre tuvo una mirada republicana ya que para los griegos el “”gobierno” de la polis exige un principio fundamental: el de la deliberación. Algo que se fundamenta por el uso del logos, es decir de la palabra que se expresa por la palabra y el uso del argumento que sirve para “convencer” al adversario, que no enemigo (algo que nunca entenderá ningún tipo de populismo). Pero como afirman algunos republicanos (Andrés de Francisco) la deliberación ha de ser lógicamente universal y entre individuos libres e iguales ya que “un proceso deliberativo de toma de decisiones es la principal garantía de que las decisiones tomadas no van a responder a los intereses más eficazmente defendidos o negociados, sino a las mejores razones universales, que tienen por argumento básico el bien público o el interés general”.
Este régimen ha sido vilipendiado y oscurecido, incluso ya el gran Platón lo concibe como el gobierno de la chusma y el republicano y demócrata de Spinoza tuvo que sustituir el término despreciativo de chusma por el de la multitud dando un nuevo vigor a la democracia. Pero si nos ponemos en el siglo XX todos los populismos de derechas (entre los que destacan el fascismo o el nacismo) no solo habla de chusma sino que la sustituyen por el concepto de raza (superior) El mismo general Franco fue precisamente el guionista de una película que se denominaba Raza. Lo que es una repetición histórica es que siempre la derecha ha sustituido la noción de clase social por el Pueblo donde las clases desaparecen y son dirigidas por un líder carismático que nos guía hacia un Paraiso (se llame ese líder Hitler, Franco, Stalin o Mao). Aunque hoy día podríamos poner otros nombres más cercanos a nosotros. Lo que sí es verdad es que todos se rigen por los mismos principios: el desprecio a las clases bajas y a sus organizaciones, y por el ataque a los derechos sociales y a los derechos de las mujeres
Por eso en nuestras sociedades occidentales para evitar la deriva hacia cualquier tipo de populismo se ha afianzado un tipo de democracia que está en las antípodas de aquella “democracia directa”, como la desarrollada en el siglo del Gran Pericles y Solon. Es lo que conocemos como democracia representativa. Y quizás lo más cercano a la democracia griega (por ser lo más cercano) sean las elecciones municipales donde elegimos a nuestros representantes más próximos y donde el pueblo puede llegar a “participar” en la toma de algunas decisiones que nos afecta. Por esto mismo es una fiesta la constitución de nuestros ayuntamientos donde nuevas generaciones van tomando la antorcha que nos dejaron aquellos que se reunían en el ágora para elegir a sus representantes (que podían ser revocados si no cumplían con el demos) y donde se elegían por “sorteo” a jueces y otros representantes; y donde cualquier ciudadano por el mero hecho de ser libre e igual podía ostentar un cargo en la polis
COMENTARIOS
Para comentar es necesario iniciar sesión