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POLÍTICA
OPINIÓ

El nuevo PSOE local

Vicent Nebot Nebot

8 d’octubre de 2024, a les 10:00:00

En un día que se respiraba un olor a noche esplendorosa, bañada de aromas de  apasionada juventud, montada en carros relucientes de espléndidos plumajes que con  nobleza desfilaban a un convite de grandes emociones: la presentación de una  candidatura de aires renovadores, con ese candor explosivo de la juventud. Por fin había  jóvenes de un sentido delirio embriagador que nos llevaría al triunfo de ensueño de  aquellas flores lejanas del ayer. En un recinto abarrotado de risas perladas, refrescantes  besos, aplausos con sus cantos de amores, era la fiesta socialista. El numeroso público  de tropa enardecida de escuadrones resonantes de fieles, les invadía el espíritu vencedor  de la segura victoria en la batalla, como aquellas lanzas victoriosas de los cristianos del  famoso lienzo velazqueño “La rendición de Breda”. Pasada la enternecedora noche de un  hervoroso torrente de alegría de tan implicados jóvenes, eliminado el barullo de las  hormonas de los asistentes, restablecido el equilibrio emocional y la llegada de la lucidez  objetiva a las mentes; allí solo vimos el verbo fluido, sonoro y timbrado, con buen dominio  de la escena, de una deslumbrante presentadora, Clara Escobedo, n.o 6 de la  candidatura; y un vistoso candidato de sonrisa refrescante n.o 2, Alejandro Riscat. 

El resto  de la velada... solo era ruido. La aparición del nuevo mesías socialista, el tenor que debía  aportar el canto a la música innovadora, el nuevo faro de Alejandría del partido, no llegaba  a entusiasmar, no contagiaba el ambiente ante el festín recreado. Superado de  emociones, falto de frescura, sin dominio de la escena, no irradiada esperanza a una  feligresía entregada. Avanzando en campaña, las sombras de los rumores (que jamás  descansan) iban creciendo. La eterna noche de los últimos años no parecía amanecer en  el hoy. El instante de los nuevos tiempos se antojaban lejanos. Los arcos se iban  destemplando, las lanzas doblando, y empezaba a volar en el viento la angustia de la  duda. El candidato no atrapaba, a pesar de su imagen impoluta, cuál blanca embarcación,  no se le veía un dulce navegar. Sus pasos, encorsetados, ligeros, nobles y erguidos, no  producían la dulce fragancia de las sombras.  


El magnífico amanecer socialista se estaba difuminando en tristes melancolías. La magia  primigenia se estaba apagando como el fuego de una cachimba. Las veloces flechas se  iban ralentizando. El día de inicio de campaña, en la acogedora cafetería Brisamar, con  una importante reducción de fieles, el encanto se tornaba confuso; el aspirante a potente  faro parecía una farola de la Avenida Joaquín Dualde, de tímidos reflejos; lo que parecían  luces celestes eran dormidos luceros. No nos debemos dejar de engañar, el joven PSOE,  al final, nos ha llevado a un viaje a ninguna parte. No ha tenido lugar la resurrección de  Lázaro, ni la entrada triunfal de Cleopatra al corazón de Roma. Un fracaso más doloroso  que los anteriores, en que el enfermo era terminal y el fallecimiento esperado. Este nuevo  entierro, sin ser tan fervoroso como el del conde de Orgaz, del lienzo del genio innovador  el Greco, abundaban lágrimas rojas, los pechos heridos, los llantos aromados de dolor,  atronaban en las mentes socialistas de ojos apagados, enlutados en sus sueños de gloria,  los alaridos de desesperación atravesaban los naranjales y llegaban al contaminado mar  Mediterráneo, donde los sufridos pescadores lloraban también “La mar amarga” de Lorca.  


Algunas mujeres piadosas acudían a la iglesia a recitar unos fragmentos de las  lamentaciones del profeta Jeremías. El señor Moreno, ajeno a las quejas fúnebres,  preparaba la boda con Més Compromís, negociando las dotes a convenir a tan interesado  matrimonio. Mal aconsejado, lleno de angustias y ansiedades, sin calibrar la fuerza de sus tres concejales para la gobernabilidad municipal, acepta  limitadas competencias que le llevarían a un rincón del olvido oculto en la sombra de Mes Compromís. El mago de la escena todo lo tenía preparado, si los números le eran  propicios. Alfred, con sus músicas mágicas, de floridos encajes, a cada cual reparte sus  dones, siempre con sublime sapientia, a los que señala a conveniencia en afines o  enemigos, a los que endulza o diestramente combate. En esta ocasión, necesitado de la  dulce paz del Castillo, convierte a sus acérrimos adversarios en aliados, con las  prevendas más viejas y valoradas de la política actual: “el poderoso caballero... que abre  las puertas y ventanas más severas”. El concejal Moreno, con sus ansias y rápidos  deseos de asumir acciones políticas, recibiría de un maestro del tablero político local, una  clase magistral de sabiduría negociadora: le debió hacer creer que podría volar por el  Palau, como el gran ilusionista David Copperfield lo hacía en el teatro durante sus  maravillosas actuaciones imitando a Superman. Pero claro, ¿cómo es posible enfrentarse  al fecundo poder mágico de este gran comunicador, que mezcla las cruces de lo divino  con las de los humanos, todo lo domina y a todos embruja como los naipes del inigualable  mago Tamariz? Lo extraño es que no saliera de la reunión con el carnet de Més  Compromís y una fotografía firmada de Baldoví. Con los 18.656 y 11.481 € anuales  (ambos sin dedicación exclusiva), el señor Moreno y la señora Montolio, se sentían  confortados como un potente y dulce surtidor de alegría. Alfred, tras 12 años de  soberanas abundancias, inundado de grandes complacencias de los votantes, estaba  orgulloso del trabajo bien hecho. 


Asegura plácidos paseos palaciegos a la alcaldesa Carla  Nebot, le asigna una nueva Mano del Rey, el fortachón Luis Martín Ruiz de la Hermosa  como guardián del Castillo, debilita aún más al PSOE con dos concejales y con graves  arrugas en la frente, condena a la indiferencia al combativo Ximo Campos (PP) y enjaula  como un pájaro cantor solitario al buen concejal P. Morán de Unidas Podemos. ¡Qué gran  jugada! Mientras allá en la lejanía, Alejandro Riscat, n.o 2 del PSOE, iba contemplando  alegre como dos cariñosas palomas se arrullaban pensando la suerte que ha tenido al  pertenecer a una feliz bandada de palomas, de repente, al cruzar una esquina, el suspirar  del viento se enrarece, su semblante enmudece, unos lacerantes tambores lejanos que le  sonaban a curvos puñales de traición, le anunciaban su exclusión del gobierno municipal.  Su seductora sonrisa, como un fresco frasco cristalino, estrellada, quedaba en el suelo.  En un escueto comunicado anunciaba su abandono del grupo socialista. En los plenos  municipales, absorbidos por el gran portavoz del equipo de gobierno, el gran Alfred, se  muestran mudos de elocuencia con sus miradas envueltas en un mar de brumas ajenos a  las tensiones de los debates, el señor Moreno y la señora Montolio, parecen náufragos a  la deriva en alta mar a la espera de un barco salvador. 


Finalmente, el reto más importante  a que se debe enfrentar estos nuevos jóvenes del PSOE, de loables empeños y grandes  entusiasmos, es buscar con tranquilidad UN LÍDER que sepa leer los problemas  complejos del pueblo, con un imprescindible atractivo comunicador y pueda apagar los  voceríos confusos que se están agitando en las sombras socialistas, desmotivando una  vez más a sus votantes y, con maestría y sabiduría, encienda el potente faro del partido  demasiados años apagado. 

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